Marsella es una ciudad realmente hermosa, llena de encantos y atractivos para brindar a quienes la visitan una vacaciones inolvidables.
Siendo la ciudad más importante de la región de Provenza, aquí puede encontrarse todo para pasarla bien. Un destino al que puede viajarse en cualquier época del año ya que es una ciudad dinámica donde siempre hay cosas para ver y para hacer y por ello, la diversión está garantizada.
Marsella se caracteriza por sus bellos paisajes naturales, diversos monumentos para visitar, buena culinaria francesa para disfrutar.
Con un bagaje de tantos siglos de historia, esta maravillosa ciudad exhibe su rico patrimonio que puede disfrutarse en sus calles y museos, no en vano ha recibido el título de Capital Europea de la Cultura 2013, una distinción que comparte con Kosice la ciudad eslovaca.
Por otra parte, Marsella es considerado también como el puerto comercial de mayor importancia de Francia y su historia nos lleva a muchos siglos atrás, cuando fuera fundada por los griegos, hasta que en el Renacimiento es anexada a Francia, habiendo quedado como emblemas de ese hecho dos fuertes el de San Juan y el de San Nicolás que se encuentran en el Vieux Port.
Por supuesto que se puede visitar la pequeña isla del Castillo de If, que nos recordará a Alejandro Dumas y su Conde de Montecristro.
Otra visita obligada es sin lugar a dudas la Basícilia de Notre Dame de la Garde y haciendo una recorrida por sus alrededores pueden verse las marcas que dejaron las luchas durante la Segunda Guerra Mundial cuando Marsella estuvo ocupada por mucho tiempo y fue destruida en gran parte.
Existe la posibilidad de contratar un excursión organizada en barco y también recorrer la ciudad en el llamado “autobús turístico” que es un servicio que la recorre con un guía que comenta los sitios más importantes.En este recorrido puede conocerse el Vieux Port y recorrerlo por completo, también, desde aquí se puede llegar al Palacio Longchamp.
Conocer su historia a través de la visita a museos como el de Cantini, Grobet Labadie, el de Beaux Arts y el Museo de la Faience y saborear sus especialidades culinarias como la bullabesa o sus deliciosos bizcochos en forma de barco llamados “navettes”.
Sus playas son realmente hermosas y apacibles como la Plage du Parado y la Corniche, donde además del mar y la arena puede disfrutarse de sus magníficos paisajes y diversos senderos recorriéndolos a pie o en bicicleta.
Siendo la segunda ciudad con mayor población de Francia, Marsella posee además, el puerto más importante de Francia y tercero de mayor importancia en Europa, núcleo de un gran centro comercial que se especializa en petroquímica, construcciones navales y también diversidad de industria.
Fundada en el año 600 a.C. por los griegos recién fue parte de Francia en el Renacimiento y como muestra de ello han quedado dos fuertes en el llamado Vieux Port, el de San Nicolás y el de San Juan, levantados como protección y defensa.
La isla del Castillo de If, al sureste de Francia, es una de las más conocidas del lugar, donde Alejandro Dumas recreara su famoso personaje del Conde de Montecristo.
El lugar tuvo diferentes usos en el siglo XVII, como por ejemplo una prisión del estado que tuvo entre sus prisioneros personajes ilustres que dejaron mensajes gravados en las paredes que aún hoy pueden verse.
Visitada por gran cantidad de turistas diariamente existen excursiones en barcos turísticos que llevan a recorrer la isla.
Marsella puede recorrese por medio de excursiones organizadas en barco o también en los autobuses turísticos que brindan un servicio con guía incluido que hace paradas en puntos de interés, además de disfrutar de bonitas vistas de la ciudad.
Una de las paradas obligatorias es en el Puerto Viejo, donde la mayoría de los visitantes gusta de comprar el conocido jabón de Marsella, dar un paseo por el lugar y conocer el Palais Longchamp y sus bellos jardines además de hacer una visita al Museo de Bellas Artes.
Variados edifiios religiosos existen en la ciudad como la basílica de Notre-Dame de la Garde, que comenzó a construirse en 1853, una bella representación de estilo románico-bizantino realizada con materiales traídos desde Italia.
También se destaca la Catedral de Marsella, levantada en la segunda mitad del siglo XIX y la Abadía de San Victor de Marsella uno de los edificios más antiguos de la ciudad construida en el siglo V.
En tanto que dentro de los castillos más importantes se encuentran el Castillo de If, el de Borley y el fuerte Saint Jean.
Barrios encantadores como el de Le Panier con gran cantidad de tiendas que venden artesanías y productos tipicos de la región, siendo el chocolate artesanal el más famoso y demandado de sus productos, que pueden adquirirse en la antigua Chocolatière du Panier especializada en la fabricación de todo tipo de chocolates y de gran prestigio en la ciudad.
La plaza Castellane en el Prado también es un sitio muy frecuentado por los marselleses y los turistas, con gran cantidad de restaurantes, bares y librerías.
Marsella una maravillosa ciudad que ofrece a sus visitantes el encanto y tradiciones de siglos de historia y cultura que se reflejan en un rico patrimonio formado por barrios pintorescos, museos, arquitectura increíble y la hospitalidad de sus habitantes.