El bello edificio de la Ópera Garnier, que también se lo conoce como el Palacio Garnier se encuentra en el Distrito 9 de París, y es conjuntamente con la Opera Bastilla la famosa Ópera Nacional de Paris.
Este emblemático edificio fue el que inspiró a Gastón Leroux para escribir la famosa novela «El fantasma de la ópera«.
Su construcción se llevó a cabo por decisión de Napoleón III quien deseaba levantar en París una Academia Imperial de Música y Danza.
Para hacerlo, hizo convocar a un concurso internacional y entre más de ciento setenta proyectos, que fueron presentados, el ganados fue el del arquitecto Garnier, desconocido en la época dado que era un joven profesional.
Como la construcción de este proyecto se enmarcaba dentro de lo que era la política de reestructuración de París, los terrenos destinados para levantar el edificio fueron elegidos por el Barón Haussmann encargado de la política de la nueva estructura que tendría la ciudad.
El terreno era de forma irregular y en las proximidades existían edificios bastante altos para la época, todo ello hizo trabajosa y problemática la conclusión de la obra. La misma se prolongó desde 1860 hasta 1875 y fue inaugurada el 15 de enero de ese año en un ceremonia muy lujosa.
Innumerables problemas tuvo que pasar el arquitecto encargado de la obra, sobre todo porque la zona era poco profunda en lo que a capa freática se refiere, dando lugar a la leyenda que en el lugar existía un lago subterráneo, hecho que el escritor de El Fantasma de la Ópera utilizó con gran habilidad al escribir su obra.
También, existieron problemas de presupuesto, la caída del imperio en 1870 y otros hechos que retrasaron la inauguración.
El Palacio Garnier es una obra de arte maravillosa tanto por fuera como por dentro. Catorce pintores y setenta y tres escultores realizaron las ornamentaciones del lugar. Una magnífica escalera de mármol es el punto de mayor atracción en su lujoso y elegante interior. También, los espacios destinados al paseo en los entreactos de las obras, se encuentran decorado con todo lujo teniendo mosaicos adheridos sobre un fondo dorado.
El Salón del Glaciar, fue uno de los que se terminó de construir luego de inaugurada la Ópera y la sala de espectáculos se destaca por sus tonos rojos y dorados, además del fantástico techo en forma de herradura que fuera pintado por Chagall.
Los asientos son de terciopelo rojo y el telón es un espectáculo aparte para ser admirado.
En la Ópera Garnier se encuentra lademás, a Biblioteca Museo de la Ópera donde pueden verse tres siglos de historia a través de hermosos vestuarios, maquetas, partituras, además de dibujos y pinturas que recuerdan la época de oro musical de la Ciudad Luz.