Si te preguntas ¿Cuáles son los pueblos más bonitos de Francia?, la respuesta puede no ser tan simple, pues se trata de un país con regiones maravillosas en toda su extensión.
Pero, existen algunas zonas que albergan algunos de los considerados popularmente como los pueblos más bonitos de Francia y a continuación te invitamos a conocerlos. Entonces, ¿Nos acompañas en este viaje?
Midi-Pyrénées
En el sur de Francia, Midi-Pyrénées es una de las zonas en las que podrás encontrar algunos de los pueblos más bonitos de Francia y una buena opción es comenzar por Albi, una ciudad que perfectamente puedes recorrer en un día y conocer sus más populares monumentos disfrutando también de los bellos paisajes que la rodean.
Además, desde Albi puedes comenzar a recorrer una ruta que te invita a descubrir pequeños y pintorescos pueblos rodados de maravillosos paisajes, destacándose entre ellos: Cordes-sur-Ciel, Najac y Rocamadour, terminando tu viaje en Conques.
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Albi
Con una magnífico emplazamiento a orillas del Tarn, el antiguo pueblo de Albi invita al visitante a descubrir un magnífico conjunto arquitectónico en el que se destacan monumentos como la Catedral de Santa Cecilis, el viejo Palacio Episcopal que alberga el Museo Toulouse-Lautrec. En este espacio también existen casonas antiguas que conservan aún hoy su belleza gracias a una mezcla de ladrillo y piedra.
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Cordes-sur-ciel
Este pueblo, considerado como uno de los más bonitos de Francia se ubica en una colina rocosa donde abundan las viejas casonas construidas en intrincadas calles y que nos remontan a la Edad Media, época en que fue fundado.
En realidad Cordes-sur-ciel fue creado para los negocios en un cruce de caminos que pasaban también por los alrededores del gran promontorio en el que fue fundada esta bonita villa. Fortificada con dos murallas la posterior construcción de casas ocultaron parte de ellas, pero aún quedan el muro exterior y varias puertas que permiten hoy acceder al casco histórico.
Dentro del casco histórico es posible visitar la Maison del Grand Veneur, la del Grand Ecuye y la del Grand Fauconnier que en la actualidad alberga el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo.
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Najac
Otra bonita villa al sur de Francia, Najac fue construida sobre un pequeño promontorio rocoso rodeado de verdes campos, y en lo alto casas de piedra, además de su emblemático castillo y una iglesia.
Un paseo por la Plaza de Faubourg que data del siglo XV permite disfrutar de lo que fuera el núcleo principal del comercio en la antigüedad. Bonitas casas con entramados de madera y muros de arenisca, más alejado casas de piedra y la llegada a las ruinas del castillo, un recorrido que parte desde la residencia del Administrador Real, un cargo que estuvo vigente hasta el siglo XIII.
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Rocamadour
La bonita villa medieval de Rocamadour es literalmente una “ciudad colgada” y con varias peculiaridades como una única calle que recorre el pueblo por más de un kilómetro que discurre paralela a un barranco.
Pegada a las laderas de un acantilado esta población está compuesta por tres niveles, la villa propiamente dicha abajo, la Ciudad Santuario en el centro y el castillo en lo más alto dominando el valle.
Miles de peregrinos visitan Rocamadour cada año para visitar el Santuario compuesto por varias capillas y la Basílica de Saint Sauveur. Encajado en la roca este gran Santurio es realmente fantástico.
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Conques
Casi atrapada en la ladera de una montaña casas con entramados de madera y tejados de pizarra en tono de verde son la primera postal que encuentra el visitante de Conques, la villa medieval de calles empedradas que fueron testigos de las historias de peregrinos y valerosos caballeros.
Entre el castillo y el cementerio un desfiladero desde el que se puede escuchar el murmullo de las aguas del río L´Ouche, surge la enorme Abadía Sainte-Foy, una de las iglesias más grandes del románico.
Alsacia
En cualquier época del año la región de Alsacia es una de las mejores rutas que puede realizar en Francia. Un recorrido por esta zona te llevará a descubrir pueblos bonitos como Mulhouse y seguir hasta Eguisheim, una villa encantadora que te deslumbrará.
Colmar, es otro de los pueblos más bonitos de Francia y considerada como la joya de Alsacia, además de ser un excelente punto de base para conocer varios pueblos pintorescos de los alrededores, como Turckheim, Kaysersberg, Riquewihr, Hunawihr o Ribeauvillé, veamos algunos de ellos:
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Turckheim
Situada en la rivera del Fecht y en medio de viñedos el pueblo de Turckheim es encantador y lleno de magia. Un lugar con encanto rodeado de antiguas casas y varias puertas defensivas que cuentan un poco de su pasado.
En esta pequeña ciudad es posible hacer un recorrido histórico y también un sendero vinícola, que sale desde la puerta de Brand y muestra la belleza de la naturaleza que rodea la población.
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Riquewihr
Como salido de un cuento, el pueblo de Riquewihr tiene un conjunto urbano donde se conservan bonitas casas de los siglos XV y XVI.
Subiendo por la calle principal es posible pasear por encantadoras y estrechas calles es posible divisar la Casa Zimmer con su fachada de color azul que en la actualidad es un restaurante que ofrece comidas típicas de la Alsacia. En una de las calles laterales se encuentra la casa Dissler, construida entre 1609 y 1610, de estilo renacentista sorprende por su mirador ricamente decorado.
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Hunawihr
Otro de los bonitos pueblos de Francia, Hunawihr ofrece a sus visitantes numerosos monumentos y puntos de interés, como el Castillo Haut Koenigsbourg, el Museo d’Unterlinden y el Jardin des Papillons
Situada en el departamento de Alto Rin, esta villa es famosa por su belleza y atractivo turístico destacando también su iglesia fortificada Saint-Jacques-le-Majeur del siglo XIV, clasificada como Monumento Histórico de Francia. El Centro regional para la re-introducción de cigüeñas y nutrias y el Jardín de mariposas exóticas, son también parte del tour por esta bonita villa medieval.
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Estrasburgo
Y para finalizar esta ruta conociendo algunos de los pueblos más bonitos de Francia, la recomendación es visitar Estrasburgo, capital de la Alsacia y con un patrimonio cultural e histórico de gran importancia, entre los puntos más interesantes a visitar destacan la Catedral, construida en piedra arenisca roja, su fachada es de inusitada perfección.
La casa Kammerzell, que data del siglo XVI llama la atención de los visitantes por sus vigas esculpidas, mientras que en la Plaza du Chateau se encuentra uno de los edificios más bonitos de toda la ciudad de Estrasburgo que es el Palacio Rohen, actual sede de los museos de Artes Decorativas, el de Bellas Artes y el de Arqueología.