Las bellezas naturales que pueden encontrarse en Francia fascinan por su diversidad tanto en paisajes como en climas, desde la nieve hasta las montañas pasando por sus valles colmados de viñedos y sus antiguos castillos de leyenda, todo es encantador y mágico.
Para quienes gustan de los placeres de la naturaleza más salvaje Francia también ofrece opciones de sitios que complacen por su gran belleza, como Córcega un lugar incomparable con todos los atributos para ser el próximo destino de viaje.
La isla de Córcega situada al sur de la Costa Azul y al norte de Cerdeña es la tercera más grande del Mediterráneo, una verdadera belleza natural con una gran diversidad de paisajes formados por magníficos acantilados que se lanzan al mar, arboledas maravillosas formadas por pinos y bosques repletos de castaños.
Son famosos sus macizos montañosos, sus lagos y hermosas playas de finas arenas y mar transparente, con fondos submarinos increíbles que son el mayor atractivo para quienes gustan de hacer buceo.
Tanto el litoral como el interior de Córcega poseen todos los atractivos que buscan los deportistas, excelente para el turismo de aventura con espacios salvajes que invitan a ser descubiertos.
En la Alta Córcega hallaremos encantadores poblados, acantilados excelentes como el Cabo Córcega, centros turísticos magníficos como Saint Florent o la Isla Roja, lagos y montañas, puertos antiguos y barrios encantadores en la ciudad de Bastía y las gargantas naturales de Restonica o Corte.
Ya en Córcega Meridional los amantes del turismo alternativo y de la naturaleza en estado puro hallarán en la región lugares como el Golfo de Porto, la Reserva Natural de Scandola y el Macizo de Bavella.
También son imperdibles para visitar y conocer Bonifacio con sus enormes acantilados blancos y los yacimientos prehistóricos de Filitosa o las antiguas ciudades de Ajaccio y Santène.
Imposible no encantarse con esta bella isla que tiene todo para una vacaciones inolvidables con lugares diferentes.
Foto: Fuente El Viajero
