Ya es más que sabido que Francia es un país de enorme belleza, que cuenta con una diversidad de atractivos realmente destacable. Sobresale su riqueza cultural y artística, sin dejar de mencionar que los paisajes naturales de ensueño abundan. Es por todo esto que, aquellas personas que tengan en mente viajar a este país deben considerar que las posibilidades de cosas para ver y hacer son innumerables. Por esta razón es bueno informarse previamente sobre los atractivos más destacables, con el fin de no perderse de nada.
En París, por su parte, es posible encontrar la magnífica Catedral de Notre Dame, una de las tantas visitas obligadas de la capital francesa. Se destaca por ser una de las catedrales de estilo gótico de mayor antiguedad en todo el país. Data de principios del siglo XII y fue erigida de la mano de Pierre de Montreuil en conjunto con Maurice de Sully en honor a la Virgen María (de allí viene el nombre Notre Dame, que significa «Nuestra Señora»).
La construcción de la catedral comenzó en el año 1163 y finalizó en el 1330. Cuenta con un largo de 130 metros y un alto de 35 metros, sin dejar de mencionar que su fachada posee tres portales. Uno de ellos, denominado el Portal del Juicio Final, alberga esculturas de toda clase que representan a ángeles, demonios y la resurrección de los muertos.
La catedral está emplazada en la zona este de Ile de la Cité, mientras que su fachada da a la plaza de nombre homónimo. Su ubicación sobresale porque es el punto cero desde el que se cuentan las distancias del país. Sin dudas, se trata de un verdadero símbolo de París, por lo que merece ser conocida.
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