Cahors es una ciudad francesa que parece escondida en un rincón redondeado del río Lot, es una ciudad encantadora, medieval casi totalmente rodeada de agua siendo un importante centro viniícola, destacándose en lo que se refiere a los monumentos que podemos encontrar por el espectacular puente de Valentré y una impresionantes murales que se encuentran muy cerca del centro de la ciudad.
Cahors vivió su apogeo en el siglo 13, cuando los banqueros lombardos y comerciantes internacionales hicieron sede en la ciudad convirtiéndola en un importante centro de la actividad financiera de Europa. El Papa Juan XXIII nació aquí, y fundó la desaparecida Universidad de Cahors, en el año 1500.
El puente Valentré es un ejemplo único de defensa medieval, cuenta con tres torres para llegar en la ciudad solo es necesarios que siga las señales a través del centro de la ciudad, está ubicado en la esquina noroeste de Cahors, teniendo también una impactante estatua del diablo en la parte superior siendo parte de una leyenda que tiene que ver con la construcción de esta estructura que tardo siete décadas.
Los aficionados al vino no deben perderse la oportunidad de visitar un museo local dedicado a esta espectacular bebida. Chantrerie tiene exhibiciones sobre los métodos utilizados para elaborar los vinos locales.
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