Béziers nos propone un interesante viaje al pasado conociendo su historia, arte y tradiciones.

En esta ciudad fueron descubiertos restos que develan que esta región fue habitada desde hace muchos más años de los que los estudiosos del tema pensaban, teniendo ahora certeza que la existencia de asentamientos humanos desde hace 6500 años a los pies de la colina de Saint-Nazaire.

Los primeros testimonios históricos pertenecen al siglo VI a.C., época en que los griegos fundaron la ciudad. Ya desde épocas remotas, también se desarrolló la cultura de la vid y del olivo y se limpiaron los bosques de robres naciendo algunas de las más típicas tradiciones de Francia.

Una fecha importante para la ciudad de Béziers es la del 22 de julio de 1209, día en que la Cruzada contra los cátaros terminó con el saqueo y el incendio de la ciudad, además de la masacre de su población en la iglesia de La Madeleine. Esta fecha se recuerda con el nombre de “Lo gran mazel” (“la gran carnicería”).

Terminado es terrible episodio, le fue concedida a la ciudad su Carta Comunal, que representaba un poder administrativo que lo ejercían los Cónsules. Éstos instalan entonces su casa comunitaria en el emplazamiento donde se encontraba el antiguo foro romano y que hoy ocupa El Ayuntamiento.

En los museos locales es posible conocer la fascinante historia de Béziers, teniendo acceso a todo tipo de información de Francia en general y de la ciudad en particular.

En 1604 Béziers es participe de una extraordinaria circunstancia que es el nacimiento de Pierre Paul Riquet, hijo de una familia de origen italiano, los Righetti, instalados en la Provenza y más tarde en Languedoc, cuyo paisaje iba a modificarse gracias a este talentoso joven, que obtuvo de Luís XIV el permiso para construir el famoso Canal de Midi diseñado por él.

De esta forma surgió el desarrollo del comercio entre los dos mares entre todas las regiones europeas por el Sur. Daría así comienzo un gran período de prosperidad para Béziers y otras ciudades de la región.

Este Canal que fuera en el pasado la vía para el transporte de mercancías, es en la actualidad el escenario perfecto para que cruceros, viajes, barcos de placer surquen sus aguas y admiren la belleza de sus riberas y antiguos monumentos.

Béziers fue también la cuna del vino teniendo su período más importante en el siglo XIX, cuando el auge de la agricultura y la industria permitieron que los viñedos locales abastecieran tanto a Francia como al resto del mundo.

En la actualidad Béziers es un excepcional representante del progreso y la cultura que a pesar de todo no ha dejado de lado su cultura y tradiciones.

por Elisa

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