Situada en la zona occidental de Europa, Francia tiene una clima variado, húmedo y suave por las corrientes del Golfo, con veranos frescos e inviernos templados, mientras que en el interior del país el clima es más continental y también más riguroso según el aumento de altura.
A todas estas regiones climáticas se les denomina zonas térmicas pues se trata de zonas climáticas, geográficas o bio-geográficas, que son definidas de acuerdo a su temperatura.
Ya hacia el norte de Francia predominan los cielos más nubosos en tanto que en la zona central del país los inviernos son siempre más duros y los veranos combinan altas temperaturas con días más neutros.
En el sur de Francia el clima es mediterráneo con inviernos y veranos soleados y generalmente más suaves.
Podrías decir entonces que el clima de Francia se caracteriza por ser templado pero sometido a las influencias atlánticas y lluvias que en ninguna región son inferiores a los quinientos milímetros anuales.
Sin embargo la aparición de diferentes climas en cada región está provocado por la extensión en latitud que presenta Francia.
Pero si vemos en conjunto el clima de Francia podemos afirmar que se caracteriza por ser algo inestable, un fenómeno dado por la lucha de las masas de aire que se extienden por todo el país.
Y es precisamente esa “zona térmica” que presenta Francia que ha dado nacimiento a una excelente producción de vinos gracias a disfrutar de un clima ideal para el desarrollo de la vid.
Con tres zonas geográficas principales que ofrecen características climáticas variadas es que nacen distintos vinos producidos con variedades de uvas que se dan a lo largo de todo el país.
Por otra parte los diferentes territorios están influenciados por el Océano Atlántico, el Mar Mediterráneo y el resto del Continente Europeo conformando la zona térmica de Francia.
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