Cerca del bonito poblado medieval de Cahors, el Puente Valentré es la atracción del lugar y también famoso en toda Francia por tratarse del único puente fortificado que se encuentra conservado de forma excelente como ningún otro puente medieval en toda Europa.
Construido en 1308, llevó más de cincuenta años terminar de levantarlo, siendo su función la de proteger la ciudad contra sus enemigos del sur.
Llegar y permanecer en el Puente Valentré es como hacer un viaje a la Edad Media, con una fantástica vista tanto del río como del pueblo de Cahors.
Tres inmensas torres fortificadas de forma cuadrada y que alcanzan una altura de 40 metros sobre el nivel del río, lo hacían infranqueable en la antiguedad.
Además, posee seis arcos que se conservan impecables hasta hoy y cuya característica sobresaliente son las agudas puntas perfectamente alineadas.
Debajo de este puente suelen verse las embarcaciones surcando el caudaloso río Lot, llevando turistas a una excursión por toda la zona, siendo parada obligatoria este famoso monumento.
Como muchos edificios y construcciones que datan de tan antiguo, el Puente Valentré también está rondado por viejas leyendas y muchas de ellas todavía hoy suelen contarse en Cahors.
Una de esas leyendas relata que como el puente tardó tantos años en ser construido el arquitecto encargado de la obra, cansado ya de tanto atraso en su terminación, hizo un pacto con el diablo prometiendo que le entregaría su alma a cambio que el puente quedase terminado en poco tiempo.
Fue así, que según cuenta la leyenda, el diablo accedió al pedido y el puente quedó terminado en forma muy rápida. Para salvar su alma el arquitecto hizo una apuesta con el diablo, diciéndole que él no podría ir por agua hasta la Fuente de los Cartujos y traerla para los obreros que trabajaron en el puente y saciar su sed.
El diablo perdió la apuesta y en venganza cada noche regresa al puente y le quita una piedra a la torre central, que lleva precisamente el nombre Torre del Diablo, por lo que cada día debe colocarse una nueva piedra en lugar de la que el diablo le quita.
Mas allá de las leyendas, que siempre le dan un aire de misterio a estos lugares, es muy bonito visitarlo así como toda la zona que lo rodea donde existen diversos merenderos estratégicamente construidos para poder admirar esta construcción y el bello marco que la rodea.
El Puente de Valentré, emblema del poblado de Cahors, ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, tanto por su importancia como por su innegable valor histórico, siendo el retrato vivo de como se edificaban en la era medieval las defensas de los pueblos en Francia.
Foto: Fuente Auxchardonnerets