Aunque suene curioso, Figeac es el nombre de un rincón francés en el que los turistas pueden toparse con el encanto del Antiguo Egipto. Esto es así debido a que esta comuna francesa, perteneciente al departamento de Lot, alberga una enorme colección de elementos propios del país antes mencionado. La realidad es que la mayoría de los visitantes de esta zona francesa tienen la misma sensación: la de estar situados en un punto en donde se combina a la perfección el entorno francés con toques egipcios.
Es importante tener en cuenta que Figeac alberga un ambiente natural muy bonito, ya que está rodeada de un relieve montañoso magnífico. A pesar de esto, tal como mencionamos anteriormente, su mayor atractivo reside los jeroglíficos. Una parte significativa de los lugares de interés con los que cuenta esta comuna están relacionados con estas antiguas escrituras.
La vinculación entre los jeroglíficos y Figeac se debe a Jean-François Champollion. Este hombre, considerado como el padre de la egiptología, nació en la comuna y se dedicó toda su vida a descifrar estas escrituras. Asimismo, no podemos dejar de hacer hincapié en el enorme legado y las numerosas investigaciones que dejó Champollion con respecto a este tema.
En una visita a Figeac las personas pueden encontrar sitios cautivantes, como la plaza de las Escrituras, la representación de la Piedra Roseta y el Museo de Champollion, considerado por muchos como «la Biblia del Mundo». Es fundamental hacer hincapié en que este establecimiento, inaugurado en el año 2007, alberga un total de 350 objetos relacionados con los jeroglíficos, así como investigaciones y escrituras pertenecientes a varias áreas del mundo.
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