Metz, ubicada en la región de Lorena en el noreste de Francia, es una ciudad con un pasado fascinante, una arquitectura impresionante y un ambiente encantador que mezcla historia y modernidad. Rodeada por el río Mosela y famosa por su patrimonio romano, medieval y contemporáneo, Metz es un destino que merece ser explorado con calma. A continuación, te presentamos una guía con los 10 lugares imprescindibles que no te puedes perder si visitas esta joya francesa.
1. Catedral de San Esteban (Cathédrale Saint-Étienne)
La catedral de Metz es, sin duda, el monumento más emblemático de la ciudad. Se alza majestuosa en el centro histórico y es considerada una de las catedrales góticas más altas de Europa. Lo más destacado de esta catedral son sus impresionantes vidrieras, que cubren aproximadamente 6.500 m², ganándole el apodo de «la Linterna de Dios». Estas obras de arte incluyen piezas de los siglos XIII al XX, con contribuciones modernas de artistas como Marc Chagall.
Además de su interior deslumbrante, el edificio es una maravilla arquitectónica por fuera. La fachada está adornada con estatuas góticas y una torre que se eleva hasta los 88 metros de altura. Es un lugar que invita tanto a la contemplación espiritual como a la admiración artística.
2. Centre Pompidou-Metz
Metz alberga una sede del famoso Centro Pompidou de París, dedicado al arte moderno y contemporáneo. El Centre Pompidou-Metz es una obra de arte en sí misma gracias a su arquitectura audaz y futurista, diseñada por Shigeru Ban y Jean de Gastines. El techo ondulado inspirado en un sombrero chino es ya un ícono de la ciudad.
En su interior, se exhiben colecciones temporales de arte contemporáneo procedentes del Centro Pompidou de París y otras instituciones. No solo es un espacio para ver arte, sino también para vivirlo, con talleres, conferencias y actividades interactivas.
3. Museos de la Cour d’Or
Si te interesa la historia, este conjunto de museos es una parada obligatoria. Situado junto a la catedral, los Museos de la Cour d’Or ofrecen un recorrido por la historia de Metz desde la época romana hasta la Edad Media y más allá. Su nombre hace referencia a la leyenda del Palacio Dorado de los reyes merovingios.
En sus salas encontrarás restos arqueológicos, esculturas medievales, objetos cotidianos de la vida romana y una impresionante colección de arte sacro. También se conservan termas romanas y mosaicos antiguos que te transportan a otra época.
4. Porte des Allemands
La Porte des Allemands es uno de los vestigios más importantes de las antiguas murallas de Metz. Esta puerta fortificada combina una función defensiva con una estética gótica encantadora. El conjunto incluye dos torres redondas y un puente que cruza el río Seille.
Construida entre los siglos XIII y XV, su nombre hace referencia a la orden de los caballeros teutónicos que tenían un hospital cerca del lugar. Hoy en día, es un lugar perfecto para pasear, hacer fotos y revivir el pasado medieval de la ciudad.
5. Place Saint-Louis
Esta encantadora plaza medieval es una de las más pintorescas de Metz. Rodeada por edificios históricos con soportales de piedra, la Place Saint-Louis refleja la influencia italiana que llegó a la ciudad durante la Edad Media. Las casas estrechas con techos inclinados crean un ambiente acogedor y fotogénico.
Aquí puedes disfrutar de una terraza, tomar un café o simplemente pasear mientras observas la arquitectura que mezcla lo gótico con el estilo renacentista. Por las noches, la plaza se ilumina y cobra una atmósfera especial.
6. Temple Neuf
El Temple Neuf, o Templo Nuevo, es una iglesia protestante que se encuentra en la Île du Petit Saulcy, una isla en medio del río Mosela. Fue construido a principios del siglo XX en estilo neorrománico y su silueta es inconfundible cuando se observa desde la Esplanade.
Rodeado de jardines y agua, este templo es uno de los lugares más fotografiados de Metz. Aunque no siempre está abierto al público, el entorno es ideal para un paseo romántico o una pausa tranquila junto al río.
7. Iglesia de Saint-Pierre-aux-Nonnains
Esta iglesia es una de las más antiguas de Europa occidental. Su origen se remonta al siglo IV, cuando era parte de un complejo termal romano antes de ser transformado en lugar de culto cristiano. El edificio actual conserva elementos arquitectónicos de distintas épocas, lo que lo convierte en una cápsula del tiempo.
Aunque ya no se utiliza como iglesia, se emplea para exposiciones y conciertos, ofreciendo una mezcla perfecta de historia y cultura contemporánea. Su arquitectura sencilla pero robusta cuenta muchas historias si se sabe mirar con atención.
8. Estación de tren de Metz (Gare de Metz-Ville)
Puede parecer extraño incluir una estación de tren en esta lista, pero la Gare de Metz es un auténtico monumento. Construida durante la época en la que la región estaba bajo dominio alemán, esta estación de estilo neorrománico fue pensada para impresionar.
Es conocida por su torre del reloj, sus esculturas y su inmenso vestíbulo con techos altos. Incluso ha ganado premios por ser una de las estaciones más bellas de Francia. Si llegas a Metz en tren, tu primera impresión será espectacular.
9. Esplanade
Este gran parque urbano es el pulmón verde del centro de Metz. Ofrece amplios paseos, jardines bien cuidados, estatuas y fuentes, todo con una vista magnífica del Temple Neuf y del río Mosela.
Es el lugar perfecto para relajarse tras visitar museos y monumentos. También es común encontrar músicos callejeros, ferias y eventos culturales al aire libre. La Esplanade conecta el centro histórico con otras partes de la ciudad y es ideal para un picnic o una caminata tranquila.
10. Fort Queuleu
Situado en las afueras de la ciudad, el Fort Queuleu tiene una historia sombría pero importante. Construido como parte del sistema defensivo prusiano, este fuerte fue utilizado por los nazis como lugar de detención y tortura durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, es un lugar de memoria y reflexión. Las visitas guiadas permiten conocer los horrores vividos allí, así como la resistencia de los ciudadanos. Es un sitio que invita al respeto, pero también a la valoración de la paz y los derechos humanos.
Conclusión
Metz es una ciudad que sorprende por su equilibrio entre historia y modernidad. Desde la espiritualidad de su catedral hasta la innovación del Centre Pompidou, pasando por rincones verdes y plazas medievales, hay algo para cada tipo de viajero. Ya sea que estés de paso o te quedes varios días, estos 10 lugares te ayudarán a descubrir el alma de esta ciudad única. ¡No olvides tu cámara y tus ganas de explorar!