Aquí tienes 10 cosas destacadas que puedes hacer en Francia que te recomendamos imprescindibles en tu visita si el tiempo te lo permite y te quedan a mano. Te encantarán.
1. Visitar la Torre Eiffel en París
La Torre Eiffel, símbolo indiscutible de Francia, es una de las principales atracciones turísticas del mundo. Esta estructura de hierro, construida por Gustave Eiffel en 1889 para la Exposición Universal de París, ofrece una vista espectacular de la ciudad desde sus distintos niveles. La experiencia de subir al tercer nivel, el más alto, permite apreciar la magnitud de la capital francesa desde una altura de 324 metros. Es un lugar mágico tanto de día como de noche, cuando la torre se ilumina con miles de luces centelleantes cada hora.
2. Descubrir el Museo del Louvre
El Museo del Louvre es un destino obligado para los amantes del arte y la historia. Ubicado en un antiguo palacio real, es famoso por albergar obras icónicas como la Mona Lisa de Leonardo da Vinci y la Venus de Milo. Este museo es el más visitado del mundo y cuenta con una vasta colección que abarca desde artefactos del antiguo Egipto hasta piezas de la Europa renacentista. Un paseo por el Louvre permite un viaje a través del tiempo y de distintas culturas, todo bajo el mismo techo.
3. Explorar los Campos de Lavanda en la Provenza
La región de la Provenza es famosa por sus paisajes idílicos de campos de lavanda que florecen en verano, creando un mar púrpura que se extiende hasta donde alcanza la vista. Los mejores momentos para disfrutar de estos campos son desde finales de junio hasta principios de agosto. Pueblos como Gordes y Roussillon ofrecen vistas espectaculares, además de un ambiente de tranquilidad perfecto para un retiro relajante. Estos campos no solo son bellos, sino que la región también produce aceites esenciales y productos a base de lavanda que los visitantes pueden llevar como recuerdos.
4. Recorrer el Mont Saint-Michel
El Mont Saint-Michel es una joya arquitectónica ubicada en Normandía, que emerge majestuosamente del mar y se conecta con tierra firme a través de un estrecho paso. Esta abadía medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, combina historia, espiritualidad y un entorno natural impresionante. Pasear por sus estrechas calles empedradas, explorar la abadía gótica y observar el fenómeno de las mareas más grandes de Europa es una experiencia única que trasciende el tiempo.
5. Degustar la Gastronomía Francesa
Francia es conocida por su exquisita cocina, que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Una visita a este país no estaría completa sin disfrutar de sus platos emblemáticos, como el coq au vin, la ratatouille, o el boeuf bourguignon. Las panaderías ofrecen croissants frescos y baguettes crujientes, mientras que los mercados locales son ideales para probar quesos como el camembert, brie, y roquefort. Además, en París y en otras ciudades, se pueden encontrar restaurantes con estrellas Michelin que ofrecen experiencias culinarias inolvidables.
6. Navegar por el Río Sena
Un paseo en barco por el Sena es una de las mejores formas de ver París desde una perspectiva diferente. Estas excursiones permiten observar algunos de los monumentos más importantes de la ciudad, como la Catedral de Notre-Dame, el Museo de Orsay y el Palacio de Justicia, mientras se disfruta de un ambiente relajado. Existen opciones de cruceros diurnos o nocturnos, siendo los nocturnos especialmente románticos por las vistas de los monumentos iluminados y la atmósfera mágica de la «Ciudad de la Luz».
7. Admirar la Catedral de Notre-Dame
La Catedral de Notre-Dame, una obra maestra de la arquitectura gótica, es otro de los símbolos de París. Inaugurada en 1345, la catedral es famosa por sus esculturas, sus impresionantes vitrales y sus gárgolas, que parecen cobrar vida cuando se miran de cerca. Aunque sufrió un grave incendio en 2019, las labores de restauración siguen adelante, y su imponente estructura aún atrae a millones de turistas y fieles cada año. La visita a esta catedral permite sumergirse en la rica historia medieval de Francia y admirar las vistas de la ciudad desde sus torres.
8. Visitar los Castillos del Valle del Loira
El Valle del Loira es conocido como «El Jardín de Francia» y alberga algunos de los castillos más bellos y grandiosos del país. Castillos como el de Chambord, con su arquitectura renacentista y sus impresionantes escaleras de doble hélice, o el de Chenonceau, que se extiende sobre el río Cher, transportan a los visitantes a la época de los reyes y reinas. La región también ofrece jardines elaborados y viñedos que producen vinos de alta calidad, ideales para disfrutar tras un día de exploración.
9. Subir al Montmartre y la Basílica del Sacré-Cœur
Montmartre es un barrio de París conocido por su historia artística y su ambiente bohemio. Aquí vivieron y trabajaron artistas famosos como Pablo Picasso y Vincent van Gogh. Pasear por sus calles empedradas permite descubrir pequeñas galerías de arte, cafeterías acogedoras y tiendas de artesanías. En la cima de la colina se encuentra la Basílica del Sacré-Cœur, una iglesia blanca que ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Al atardecer, la colina se llena de músicos y artistas callejeros que animan la atmósfera con sus presentaciones.
10. Explorar los Viñedos de Burdeos y Borgoña
Francia es mundialmente reconocida por sus vinos, y visitar las regiones vinícolas de Burdeos y Borgoña es una experiencia imperdible para los amantes del vino. En Burdeos, se pueden recorrer viñedos que producen algunos de los vinos más prestigiosos del mundo, como los tintos de Saint-Émilion y Médoc. Borgoña, por otro lado, es conocida por sus viñedos de Pinot Noir y Chardonnay. En ambas regiones, es posible participar en catas de vino y aprender sobre el proceso de vinificación en bodegas tradicionales.
Francia ofrece una riqueza de experiencias que van más allá de los monumentos icónicos. Desde su gastronomía hasta su patrimonio cultural y natural, este país es un destino fascinante que atrae a todo tipo de viajeros, ya sea que busquen aventura, historia, arte o simplemente un momento de relajación rodeados de belleza.