Si existe una época del año donde las tradiciones reviven, ese tiempo es el de la Navidad, cada cultura y cada pueblo tienen las suyas y como no podía ser de otra manera las distintas regiones de Francia también tienen las suyas.

Una de las más famosas de Francia existe en Provenza y está ligada a su deliciosa culinaria.  Se la conoce como “Treise desserts” (Trece postres), una de las más antiguas tradiciones y que según su historia tuvo nacimiento a partir de la última cena, un ritual que se repite desde 1920, época en que comenzaron a servirse estos postres tradicionales, que en definitiva representan a Cristo y sus doce apóstoles

La costumbre consiste en que las familias de Provenza elaboren trece postres que son servidos cuando concluye la cena de Nochebuena y después de la misa de gallo, ritual que se extiende hasta llegado el 27 de diciembre.

Todos los postres son preparados con productos e ingredientes de la región y a pesar que a través de los años las familias fueron preparándolos de forma diferente, siempre son trece y algunos de ellos no pueden fatar en la mesa navideña.

Así, en las mesas de Nochebuena en Provenza hallaremos les nougats blancs et noirs , son unos turrones que se caracterizan por sus colores ya que los hay blancos y negros, le gibacié una galleta deliciosa hecha con aceite de oliva, harina y el toque distintivo está dado por la esencia de flor de naranja, que le otorga un sabor y aroma especial.

Otro que siempre está presente se llama les quatre mendiants (los cuatro mendigos) y se refiere a las órdenes de los monjes, así están dominicos, agustinos, carmelitas y franciscanos, cada uno de ellos lleva el nombre que se corresponde con el color de las vestimentas típicas de cada orden con frutos que los representan como uvas, avellanas, higos y almendras.

Es costumbre también servir frutas frescas como manzanas, peras, melones, ciruelas rellenas con una pasta hecha de almendras y racimos de uvas, además del fougasse, un bollo típico, tortas de azahar.

Todo esto es acompañado además con un delicioso vino cocido, que según cuenta la tradición en el pasado era costumbre se quemar un leño de olivo u otro árbol que fuera frutal y el más anciano de la familia lo rociaba con vino cocido mientras decía determinadas palabras alusivas a la celebración.

por Elisa

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