Rennes es una ciudad francesa ubicada a 308 kilómetros al oeste de Paris, tiene una gran importancia a nivel político ya que es la capital de la región de Bretaña, así como también es la capital del departamento de Ille y Vaine, respecto a lo que se refiere a la cantidad de habitantes esta ciudad ocupa la posición número decimoprimera ya que solo tiene, según el último censo realizado en el año 2007, 207.922 habitantes.

Rennes es también conocida como una ciudad estudiantil la cual tiene una población importante de inmigrantes que viajan por una determinada cantidad de tiempo con este fin, se calcula que es la octava ciudad universitaria de Francia, ya que según algunos cálculos en el año 2005 52.200 estudiantes de todas partes del mundo eligieron Rennes para realizar sus estudios superiores.

Dentro las instituciones académicas que se destacan en esta ciudad está la conocida Universidad de Rennes, a la cual pertenece un importante centro de investigación sociopolítica conocido como como Sciences Po Rennes.

La oficina de turismo de la ciudad de Rennes ha destcado la presencia de 80 edificios o parte de ellos que son considerados como históricos en donde se destaca lo bien que se ha conservado el antiguo casco urbano, lo cual ha permitido que los turistas puedan recorrer callecitas preciosas en donde se encuentran casa originales del siglo XVI.

Se destaca por su historia, cultura y arquitectura,  que de algún modo la hacen un sitio lleno de contrastes, es la ciudad de Rennes, capital de Bretaña, una visita obligada para quien desea contactarse con otra faceta de la hermosa Francia.

Rennes se encuentra a tan sólo dos horas de París, destacándose por ser una ciudad relativamente pequeña pero con hermosos palacios y parques naturales, además de ser famosa en Francia por la exquisita sidra que en ella se produce.

Con más de dos mil años de vida en la antigüedad fue un poblado de origen gaélico que fuera conquistado por el gran Julio César.

Existen en la  ciudad varios monumentos y entre los más importantes se destacan la ciudad medieval poblada por casas hechas de madera. En la pintoresca Place des Lices se encuentra el mercado donde variados aromas hacen alarde tanto de flores como de frutas frescas.

De estilo clásico y construida en el siglo XIV la bella Catedral de St. Pierre nos invita a recorrerla al igual que la Iglesia de Notre Dame du Roncier y muy cerca el Parlamento de Bretaña y también el Ayuntamiento de la ciudad nos muestran una arquitectura singular.

Al ser una ciudad pequeña es posible recorrerla a pie y un par de días serán suficientes para no dejar nada sin visitar, sobre todo para disfrutar de esos pequeños detalles que la hacen un sitio inolvidable.

Sin embargo y a pesar de su poca extensión en Rennes hallaremos el mejor medio para movilizarnos abordando el metro, que posee una única línea con 15 estaciones y un sistema automático por el cual no es necesario un chofer.

Dividida en dos zonas bien diferenciadas la movida cultural y nocturna la hallaremos hacia el norte del río Vilaine, donde también se encuentran los restaurante, bares y algunos museos. Ya si nos dirigimos hacia el sur llegaremos a una elegante zona de barrios residenciales, que impacta por sus bellas construcciones.

Otra particularidad de Rennes es la combinación de edificios antiguos de estilos medieval y renacentista, además de casas pequeñas que contrastan con grandes parques colmados de flores, esculturas y fuentes.

En su Casco histórico que se desarrolla alrededor de dos viejas plazas reales está compuesto por edificios que datan del siglo XVII, entre ellos el Parlamento que comenzó a edificarse en 1618 y recién fue concluido casi medio siglo más tarde.

Para quienes gustan de la naturaleza nada mejor que una visita a Le Thabor, el parque más importante de la ciudad y uno de los más bonitos de Francia.

Cuenta con diez hectáreas que albergan una gran colección de árboles muchos de ellos ejemplares centenarios, que nos muestran el paso del tiempo a través de sus rugosos troncos.

En relación a su gastronomía se destaca la deliciosa sidra bretona y sus platos más tradicionales que pueden degustarse en los restaurantes de toda la ciudad se distinguen por el uso como ingrediente principal de deliciosos mariscos y su espectacular conejo a la sidra.

Bonita y colmada de rincones para visitar esta pequeña ciudad en Bretaña brinda los viajeros que la visitan lo mejor de sí misma.

Fuente: foto

por Daniel

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