Montpellier es una bella ciudad situada al sur de Francia, capital de la región de Languedoc-Rosellón.
Cruzada por los ríos Lez y Mosson , esta ciudad fue levantada en un terreno irregular a sólo diez kilómetros de la costa mediterránea a orillas del río Lez. El origen de su nombre en realidad no se conoce y por ello, se le han dado varios significados como “monte pelado”, “monte de las especias”, “monte pedregoso” y “monte de la colina”.
Se trata de una ciudad joven si la comparamos con otras grandes metrópolis de la misma región como por ejemplo Carcassonne, Nimes o Narbonne fundadas en su mayoría en la época romana.
Esta ciudad se encuentra a sólo tres horas de Barcelona y de Italia representando así un lugar ideal para conocer y descubrir el sur de Europa.
Una ciudad dinámica con un excelente programa cultural ya que en ella se realizan festivales de fama mundial. Posee además, un patrimonio histórico tanto medieval como moderno y una culinaria que se destaca sobre todo por el culto a los buenos vinos.
En Montpellier es posible recorrer casi mil años de historia a través de sus más de setenta palacios que van desde el siglo XVI al siglo XX, contando con la universidad de medicina de mayor antigüedad del mundo occidental que aún hoy se encuentra en actividad.
Recorrer sus calles estrechas de estilo medieval nos permitirá encontrar tiendas de renombre internacional en un marco pintoresco y agradable típico de las ciudades francesas.
Entre los museos famosos de Montpellier se encuentran el Museo Fabre es uno de los más visitados ya que posee una de las mejores colecciones europeas. Su nombre se lo debe al pintor F.Fabre y es posible encontrar allí obras de arte pertenecientes al Barroco y también del Realismo, y de artistas como Poussin, Zubarán, Rubens y hasta Delacroix
Las compras son otra gran tentación en esta ciudad, donde es posible adquirir desde cascos antiguos en las tiendas de anticuarios hasta los objetos más modernos en el centro comercial de alta tecnología llamado Odysseum2, que se encuentra en las afueras de la ciudad.
Y para los amantes de los mercados existen varios que montan sus puestos diariamente ofreciendo sabores y colores típicos de la región.
Entre sus monumentos religiosos se destaca la Catedral de San Pedro, edificada en el siglo XIV cuya característica principal es su gran pórtico. La Puerta del Peyrou es una de las más antiguas del lugar, construida en 1691 es de estilo dórico y tienen relieves posteriores en honor al rey Luis XIV de Francia.
El primer jardín botánico de Francia fundado en 1593 también se encuentra en Montpellier, además de otros sitios interesantes para conocer como el Mikvé, un baño ritual judío, el barrio de Antígona de Ricardo Bofill y dos sitios relativamente nuevos como el invernadero amazónico y el acuario Mare Nostrum.
Vale la pena pasar unos días en Montpellier y recorrer cada uno de sus rincones conociendo más en profundidad su historia, costumbres y tradiciones.
Dentro los elementos más importantes para la economía local tienen que ver con la actividad vinícola, así como también con la industria de alimentos, pero por supuesto el turismo también hace parte de la industria de esta ciudad, la cual con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo también como un importante lugar del turismo más elegante del mundo.
Dentro de los monumentos de más renombre a nivel mundial que nos encontramos en esta ciudad es el Arco del Triunfo, el cual tiene una importante semejanza con el que se ubica en la ciudad de Paris, también se encuentra en este lugar el museo de Fabre, en el cual se encuentra importantes obras del barroco, así como también del realismo francés y su nombre hace alegoría del famoso artista francés F. X. Fabre. Otro monumento importante es la Catedral de San Pedro la cual proviene del siglo XIV y su mayor particularidad tiene que ver con su particular pórtico.
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