La Costa Azul presenta lugares y paisajes maravillosos, entre ellos, en la región de Provenza se encuentra la bella Isla de Porquerolles, una zona que se encuentra protegida y ha sido declarada Parque Natural, conservando así toda su innata belleza.
Al estar protegida por leyes que impiden acampar o acceder con vehículos de motor se ha logrado mantener la isla como un pacífico sitio donde abundan la tranquilidad y los bellos paisajes.
Cuenta la historia, que esta isla fue en un comienzo el regalo de bodas de un industrial rico a su prometida, con el tiempo el estado se quedó con la isla y construyó fuertes como defensa contra los invasores. Hoy en día, es posible visitar el Fort Sainte Agathe y el Répentance, lo que dará una visión de cómo era la isla en la antigüedad.
El poblado de Porquerolles, vive prácticamente del turismo, tiene un promedio de 300 habitantes fijos hasta que llega la época cálida y los turistas arriban al lugar en barco, teniendo en cuenta que no están permitidos los automóviles.
Ya en la isla, pueden alquilarse bicicletas para movilizarse o hacerlo a pie disfrutando de sus bellos paisajes formados por pinos, viñedos y playas excelentes de aguas totalmente cristalinas que se mezclan con sus blancas arenas, ideales para practicar snorkel.
La mayor parte de la actividad de Porquerolles tiene lugar alrededor de su puerto y de la Plaza de Armas con su pequeña y bonita iglesia Sainte-Anne y el Fort Sainte Agathe al que se llega subiendo por estrechas y empedradas callejuelas, lo que nos permite disfrutar de una vista magnífica del archipiélago.
Edificado en el siglo XIX su arquitectura colonial se caracteriza por sus típicas casas de la época y una plaza de forma cuadrada rodeada de centenarios árboles.
Un paraíso de tranquilidad y belleza para dejar de lado por unos días el bullicio de la gran ciudad, bonitos paisajes y gente hospitalaria hacen de la estadía un tiempo inolvidable.
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