Si viajamos al sureste de Francia una ciudad que podemos visitar es Grenoble, en la región de Ródano Alpes, poblado conocido como la capital de los Alpes Franceses.
Conocida como la capital de los Alpes Franceses, la ciudad de Grenoble se encuentra ubicada al sureste de Francia.
Es la capital del departamento de Isère y la segunda en importancia después de Lyon, sobre todo por poseer un gran centro científico y tecnológico que la ha hecho conocida en el resto de Europa.
Grenoble cuenta además, con un importante patrimonio histórico y cultural con sitios magníficos para visitar, como el Museo de Bellas Artes, el más importante de Europa, que se encuentra situado en la plaza de Lavalette. Donde se exhibe una magnífica colección de pinturas, destacándose obras tanto de arte antiguo como moderno y contemporáneo, abarcando artistas de renombre como Francisco de Zurbarán, Rubens, Henri Matisse, Paul Gauguin y Andy Warhol, entre otros.
Inaugurado en 1934 la ciudad cuenta con un teleférico urbano que brinda la posibilidad a los turistas de ver toda la ciudad desde lo alto así como tener una panorámica de sus edificios más característicos e importantes. Un paseo ideal para hacerlo también de noche donde el espectáculo es increíblemente bello cuando toda la ciudad se encuentra iluminada.
Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad es el World Trade Center, sede de la economía y que se levanta en una arquitectura peculiar hecha de acero, hormigón y vidrio.
Con un original diseño realizado por el arquitecto Noiray Fumet, el Parking Helicoidal de Grenoble, data de 1932 y responde íntegramente al estilo de la época denominado como Art Deco. Se encuentra formado por 225 plazas que distribuidas, entre rampas en forma de espiral con un total de siete plantas.
Una antigua fortaleza llamada La Bastilla custodia la ciudad la ciudad y a la que es posible llegar por medio del teleférico que se encuentra en el centro urbano.
Grenoble es también muy conocida en la región, por poseer variadas estaciones de esquí ubicadas en los alrededores.
Se distingue además, por ser una ciudad muy ligada a los deportes albergando unos 350 clubes deportivos que a su vez ofrecen 65 disciplinas distintas para practicar, como los dedicadas a deportes de alpinismo, escalada y de montaña.
Con una historia que de más de dos mil años, vivió su período de mayor expansión económico durante el transcurso de los siglos XIX y XX, siendo en 1968 la sede de los X Juegos Olímpicos de Invierno.
Hoy se distingue como un importante centro tecnológico y científico y posee lugares que son reconocidos a nivel nacional como su magnífico Museo.
La ciudad se encuentra custodiada por una antigua fortaleza defensiva llamada La Bastilla que se encuentra a más de cuatrocientos metros de altura y a la que puede llegarse por medio del Teleférico que se encuentra en el centro urbano.
Una historia muy antigua es difundida hasta hoy y conocida como el Día de los azulejos, cuando en una jornada de manifestaciones y disturbios protagonizados por el pueblo, sus habitantes tiraban azulejos a los soldados al enterarse de la disolución del Parlamento de la provincia del Delfinado, tal como se llamaba entonces, orden dada por el rey Luís XVI. Estos desórdenes son considerados además, como el preámbulo de la Revolución Francesa.
Hoy, la ciudad es muy conocida por poseer variadas estaciones de esquí ubicadas en sus alrededores.
Se distingue también como una ciudad muy ligada a los deportes y posee aproximadamente unos 350 clubes deportivos que a su vez disponen de 65 disciplinas distintas, como los dedicados a deportes de alpinismo, escalada y de montaña.
Teatros, cines y museos, son algunas de las opciones de entretenimiento con las que cuenta la ciudad destacándose además del Museo Grenoble, el Internacional de Pintura.
Bellos parques y jardines invitan a un largo y tranquilo paseo, disfrutando de su moderna arquitectura. Y en su casco antiguo edificios como la iglesia de Saint Laurent o la Catedral de Notre Dame, conviven con monasterios antiguos como el de los Cartujos.
Tomar el teleférico que llega hasta el Fort de Bastille, puede resultar un paseo agradable para quienes gustan de tomar fotografías, ya que desde lo alto se tiene una vista excelente de la ciudad y de los alrededores.
Grenoble es una ciudad que conjuga deportes, parques nacionales, castillos y imponente fortaleza. Muy cerca de Italia y Suiza sus paisajes enamoran a los visitantes que pueden disfrutar de ella tanto en verano como en invierno.